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Vida De Gira

🎶 Friday Pilots Club - End Of It 🎶



Ciudades que apenas rozamos con la punta de los dedos. Hoteles que no recordamos al despertar. La vida en la carretera es un borrón de luces, ruido y movimiento constante. A veces, me pregunto si realmente estamos viviendo cada lugar o solo atravesándolo como fantasmas con instrumentos en la espalda.

Los últimos meses han sido un torbellino, y no solo por la música. Jimmy estuvo fuera un tiempo por problemas de salud, Lisbeth cayó en una depresión que la dejó fuera de combate unos días, y yo... bueno, digamos que pagué caro el dejarme llevar por la tentación. Es fácil perderse en este estilo de vida salvaje, donde cada noche puede ser la última y cada ciudad te ofrece una nueva forma de autodestruirte. Pero poco a poco, vamos saliendo a flote. Antes apenas lográbamos mantenernos en pie, y ahora, por primera vez, sentimos que esto puede volverse algo más grande. La banda empieza a ser rentable, aunque el precio que pagamos por ello no siempre es barato.

Ginevra ha sido mi ancla en medio de todo esto. No solo me ha ayudado a mantenerme enfocado en la música, sino que, gracias a ella, me di cuenta de que había pasado demasiado tiempo atrapado en una relación que me asfixiaba, que solo me estaba frenando. Nunca hablé de ello en redes, pero estar con alguien que no te deja ser quien eres es un veneno lento. Salir de ahí me costó más de lo que me gustaría admitir, pero con Ginevra no hay ataduras, no hay miedo. Solo dos almas que se entienden y se eligen cada día, sin necesidad de etiquetas ni promesas vacías.

El cabello largo, las cicatrices nuevas y las ojeras marcadas son testigos de esta gira, de cada noche en la que dimos todo en el escenario y de cada amanecer donde nos preguntamos si vale la pena seguir. Y la respuesta, por ahora, sigue siendo sí.

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