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¿Qué quieres hacer de tu vida?

La primer cita de Joline estaba resultando de lo más interesante. Un hombre muy bien parecido la había invitado a tomar algo una mañana en la playa, cuando la Eastham descansaba de su rutina de ejercicio matutina y se dedicaba a mimar un poco a su piel y su alma.

-¿Y tú? ¿A qué te dedicas, bonita?- le pregunta él tras una larga exposición de lo que es su vida. Ese hombre era un empresario muy multifacético, con un matrimonio fracasado que acabó por alejarlo de "el business" por años. Ahora, con más energías y esperanzas renovadas, quería revancha en el amor.

-Yo...

Lo cierto es que Joline no sabía qué decir. ¿Era modelo? No, eso había quedado atrás. ¿Influencer? No le interesaba influenciar a nadie. ¿Empresaria? Lo único que tenía a su nombre eran deudas. ¿Compositora? Ni una sola de sus canciones sonaban en la radio. La Eastham arruga los labios y desvía la mirada, ocultando en un largo sorbo de su trago lo pensativa que estaba.

-Es normal que no lo sepas aún- le dice él, queriendo tranquilizarla, con una de esas sonrisas llenas de experiencia y confianza que la hipnotizaban.

La mañana transcurre. Juntos se ríen, hablan de la vida, de lo que él vivió, de lo que ella quisiera vivir. Joline, poco a poco, descubre que le fascina el mundo de las responsabilidades, a la vez que le encanta la idea de ser ella misma.

-¡Ya sé!- dice contenta- ¡Quiero que me enseñes a ser una mujer de negocios!

-A cambio, me tendrás que dar algo- replica él. Joline alza una ceja, expectante- Tendrás que enseñarme a dibujarte sonrisas.

Quizá era la emoción del momento, pero Joline quería aprender a construir su propio imperio. No ser sólo una Eastham, sino ser Joline.

Ahora tocaba explorar cada aspecto de los negocios... y sonreír mucho en el proceso.

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Pronto habrá una check list de objetivos, pues el primer paso al éxito es poder visualizarlo.